Rehenes, en eso nos hemos convertido los habitantes de la Capital Federal.
Rehenes de una banda de delincuentes que dirime su supremacías en base a las necesidades de los hombres y mujeres comunes.
Uno de los grupos mafiosos, gobernante del Estado Nacional, chantajea al otro, en el medio de dicho chantaje está la seguridad de los argentinos.
Somos rehenes de la mafia que nos manipula, nos explota y encima nos cobra impuestos para recibir a cambio absolutamente nada.
Eso es lo que ocurre en la pomposamente llamada Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El servicio publico de seguridad, que se mantiene con nuestros impuestos no se presta en bastas zonas de dicha ciudad por el conflicto político entre Macri y el gobierno que nominalmente desempeña Cristina Kirchner.
Como si no fuera suficiente el permanente incumplimiento de proveer a la seguridad común, con su corolario diario de crímenes a cual mas cruel y en muchos casos impune, ahora pareciera que la Policía Federal es una agencia de seguridad mas.
Cosas de la privatización de lo público.
Uno termina entonces preguntándose para que se creó el mamotreto llamado Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires ,
¿Para crear mas cargos?
¿Para tener mayor poder de decisión sobre el botín?
¿Para sancionar el casamiento de los putos?.
¿A quien le importa todo eso salvo a sus directos beneficiarios?
A nadie lógicamente, como a nadie le importa los turbios manejos entre la banda K y el insufrible Macri.
A la gente común le importa si que este sistema no funciona y si no funciona y que su arreglo parece ser imposible habida cuenta de los miles de parches realizados en los últimos 26 años, habrá que deshacerse de él y hacer otra cosa.
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