jueves, 28 de enero de 2010

PRESOS POLITICOS (PP) EN CARCELES COMUNES

(El por qué NO debería ser)
En principio – y fundamentalmente – deberían gozar de su libertad orgullosos por haber sido Soldados de la Patria que Dios lo puso en el lugar preciso para impedir que organizaciones subversivas armadas, ideológicamente instruidas, adiestradas y convencidas intelectualmente por líderes con ideas contrarias a la naturaleza básica de nuestro pueblo, fundamentalmente regida por sus convicciones religiosas, la propiedad privada y la búsqueda incansable para alcanzar el bienestar de la familia.

No obstante, y a pedido de la orda conducida por remanente conducidos compuesta en organizaciones dedicadas a la venganza cruel con gran iracundia y ferocidad en el deleite con los castigos de otros a pesar que son concientes que la naturaleza de la guerra que aquí se desarrolló la impusieron ellos y, también, conducida por funcionarios importantes del actual gobierno comprobadamente dirigentes subversivos, autores de importantes y notorios hechos terrorista que costaron la vida no sólo de militares sino también de civiles.


Obviamente, este pedido de las ordas está acompañado por jueces ideológicamente consustanciados con el accionar de los ex (?)-subversivos y/o por el temor al juicio político dada la amenaza latente que tienen encima por antecedentes antijurídicos relacionados con su función de Juez y que hoy maneja el Consejo de la Magistratura de la Nación y el Procurador General de la Nación.

Otro aspecto a considerar y en el sentido de este escrito es que la Institución Penitenciaria es desgraciadamente una Institución deformada.


Esta deformación no por los principios que reciben seguramente en la Institución sino por el contacto permanente con delincuentes de distinta índole, algunos de gran peligrosidad, otros con un elevado grado de inmoralidad y la mayoría sin ningún tipo de arrepentimiento.

Casi con seguridad podemos pensar que este tipo de presos obedece al personal penitenciario sólo por el rigor y así es que no se produce el que pareciera como un lógico acercamiento en el tiempo dado que, de alguna manera, conforman caminos que recorren juntos.

En el caso del personal de las FFAA, Seg, y Pol(s), presos en su gran mayoría de jerarquía intermedia a alta, es “manejado” en las cárceles por personal penitenciario de jerarquía baja a muy baja, con escasa capacitación respecto de las relaciones humanas; ello los coloca – por lo general – en una posición de superioridad dominante, la cual no da respuestas abruptas por el hecho – precisamente – no de sumisión sino de comprensión de la posición de dicho personal penitenciario.

El personal superior de la Institución penitenciaria o es muy escaso en la dotación o bien no se hace ver ante el pabellón de presos militares, por lo que no existe interlocución válida entre los que podríamos llamar con cierta cercanía – como “in illo témpore” (acanoma) – los pares.

La totalidad de los integrantes de las FFAA presos entraron a sus respectivas instituciones, en conocimiento y aceptación de normas fundamentales que a partir de ellas hasta su misma vida era regida por esas normas; tal es el caso de los más antiguos, a quienes una norma les impedía contraer matrimonio hasta que no cumpliesen el tiempo mínimo que se les exigía permanecer en servicio activo, Otro y fundamental caso que adquiere especial incumbencia en la actualidad, es que todo militar estaba sujeto (aún retirado) al Código de Justicia Militar mediante el cual toda acción antijurídica o no, se sometía al fuero militar: de allí, la conformación – dentro de la orgánica de las FFAA – de los penales de las FFAA.

En ellos, se sometía a los que delinquían, a la privación de la libertad y a disposiciones inherentes al penal propiamente dicho, pero en ellos no se despersonalizaba al detenido sino que, por el contrario, se consideraba su grado y el respeto que por persona y por jerarquía le correspondía.

Es por ello también, y valga como ejemplo, que una gran cantidad de hombres de las FFAA transformados en presos políticos por diferentes acontecimientos fueron privados de la libertad en cuarteles y/o buques de la Armada o Prefectura Nacional porque así lo permitía y/o establecía el CJM.

Los PP actuales, en un principio, fueron considerados por la Justicia Militar, pero poco a poco y no muy sutilmente, fue ganando terreno la venganza que se impuso a las Instituciones, no sólo militares sino también la Judicial.


De héroes pasaron a ser represores y luego a ser asesinos y/o torturadores y luego, a pedido de las ordas y del perjuro de la masa de los jueces, a las cárceles comunes.

Podríamos mencionar como el final a toda orquesta la derogación del Código de Justicia Militar, dando por tierra sin contemplaciones principios básicos que se creían inconmovibles como la Disciplina, la Subordinación y la Lealtad por mencionar algunos de los más representativos.

Los explicitados son algunos de los motivos por los cuales los PP de las FFAA nunca deberían estar en cárceles comunes afines a la escoria de nuestra sociedad, sino en sitios adecuados a su investidura y jerarquía de acuerdo al contrato que rigió sus vidas (entiéndaseme bien a fin de no desnaturalizar el sentido del presente: me refiero exclusivamente a los PP y no a los militares de cualquier jerarquía que delinquen realizando acciones que los iguala a la escoria que ya tratamos).

La máxima seguridad que la venganza reclama para los PP no tiene en cuenta el honor que todos conservan bajo el respeto que emana de la adopción de una posición sanmartiniana que hace que, esté donde esté, cumplirá estoicamente con las disposiciones vigentes a su realidad, pero no es no por asomo el contrato por el cual él ató su vida.


Esa posición que adopta no es de ninguna manera sinónimo de claudicación.

Aunque por diferentes impulsos no todos los PP están dispuestos a luchar por aquel contrato y no están dispuestos a dar la vida por esos valores, para quienes sí lo están, considero que lo expuesto configura otro objetivo de lucha, recordando que, sin lucha, no hay virtud.

MARCOS PAZ, 21 de enero de 2010-01-26

Escrito en cautiverio

JORGE TOCCALINO
Coronel de la Nación ( R )
P P

Nota del Redactor

1. El autor basa este artículo – fundamentalmente su realidad - en su experiencia previa de casi tres años detenido en domicilio y le suma el corto tiempo que lleva en Marcos Paz.


2. El trabajo posee ciertas correcciones y agregados realizados por el redactor, realizados en función de cierta afinidad de pensamiento y de formas de hacerlo con el autor

1 comentario:

  1. DEBEN PUBLICARLAS EN LOS MEDIOS.....PERO AHORA.....NO OCULTAR LA INFORMACIÓN....PORQUE DEBERÍAN SABER...QUE " NO ES A PERPETUIDAD ESTE RÉGIMEN PERVERSO CONFORMADO POR FASCINEROSOS Y IDENTIFICADOS DELINKUENTES SISTEMÁTICOS VIOLADORES DE CONSTITUCIÓN"....QUE EL ODIO,EL RESENTIMIENTO,LA SED DE VENGANZA DE LOS DERROTADOS,LA DETENCION "ILEGAL" DE LOS SOLDADOS QUE DEFENDIERON A LA PATRIA....YA A ESTA ALTURA....NO TIENE VUELTA ATRÁS.....ELLOS RECOGERÁN SIN NINGUNA DUDA.....ESE PERVERSO ODIO SEMBRADO.,LA NEGACIÓN DE LOS DERECHOS LEGALES.LA FALSIFICACIÓN DE LA HISTORIA.,EL SAQUÉS DE LOS DINEROS DEL PUEBLO..Y SERÁ JUSTICIA.......¿que no somos DEMOCRÁTICOS?.....por un 10% DE LOS DELITOS DE ESTE GOBIERNO K...muchos presidentes fueron presos...a Martin Garcia....pero ahora con este patético disfraz.. de democracia...Artificio que se usa para desfigurar algo con el fin de que no sea conocido.
    y una corrupción INACEPTABLE.SE ESTA DESTRUYENDO LA NACION.Y.TODO LO QUE SE PUDIERE HACER PARA RESCATARLA SERÁ LÍCITO-

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