sábado, 16 de enero de 2010

EL CRISTIANISMO DE PERFIL O EL DESPOTISMO IGNORANTE

La nueva campaña para victimizar a la presidente.
Sorpresivamente, la editorial Perfil, en la última edición de Noticias, muestra a CFK como una víctima de su marido y de la impericia de sus colaboradores.
Así es que, supuestamente, Kirchner se despega del fracasado "Fondo del Bicentenario" echándole la culpa a la impericia de Amado Boudou y de sus operadores en la justicia, que no previnieron el comportamiento de la jueza María José Sarmiento y tampoco la férrea voluntad de Martín Redrado de mantenerse en su cargo.

Semejante teoría se apoya en Horacio Verbitsky, quien sostiene que es Cristina la que bajó de la Sierra Maestra y que Kirchner es apenas un reformista.
En cambio nuestra presidenta es una verdadera revolucionaria que se enfrentó y derrotó al grupo Clarín, que se enfrentó con la oligarquía pampeana y terminó asuntos que Néstor no se animó a cumplir y ahora el deporte favorito de la oposición es pegarle a Cristina.

Hace más de un mes que Noticias empezó tímidamente en su cristianismo progresista.
Primero sostuvo que está muy linda, después la ubicó entre las mejor vestidas y ahora la victimiza “rodeada de conspiradores e inútiles”, en referencia a sus colaboradores del gabinete.
Según esta versión, los opositores son conspiradores.
Además le atribuyen haber dicho: “Ustedes me metieron en esto, ahora arréglenlo”.

Esta nota, firmada por José Antonio Díaz con la autoría intelectual de Aníbal Fernández, descarga las culpas en todo el gabinete y esto no es casual, porque Cristina y Aníbal forman parte del llamado “despotismo ignorante”, en contraposición al despotismo ilustrado de otros gobernantes.

Esta semana “La Nación”, con la firma de Carlos Raymundo Roberts, califica a la presidente como “la señora del micrófono” con sus ocurrencias semánticas, a saber:
okupa, jueza delivery, fondos buitre, ratas del riachuelo, Cobos Iscariote y todo el diccionario del cristianismo ignorante, aunque esto sea una tautología.
Es innegable que la supuesta abogada, porque no creemos que tenga el título correspondiente, es una hábil declarante con conocimiento del lenguaje jurídico. De ningún modo podía desconocer que el fracasado “Fondo del Bicentenario”, que tomaba U$S 6500 millones de las reservas, traería complicaciones jurídicas locales.

También es sabido que el fuero contencioso administrativo no se maneja a control remoto como el fuero federal en lo criminal.
Si bien el Ejecutivo tiene amigos en ese fuero, en su mayoría compuesto por mujeres, era probable lo que efectivamente ocurrió, que harían lugar a un amparo presentado por Martín Redrado.
Cuando en un ataque de furia y lágrimas ordenó, como una nena caprichosa, que lo echaran a Redrado, no se acordó de que en el 2001, cuando era diputada, el presidente Fernando de la Rúa echó a Pedro Pou por decreto y se le permitió a Pou ejercer su defensa, aconsejando la comisión parlamentaria su remoción.

Es cierto que es una señora grande, que puede estar perdiendo la memoria, pero ese episodio lo vivió en vivo y en directo, y sin embargo firmó la criatura nonata del decreto de remoción de Redrado asesorada por Boudou, Sergio Chodos y Juan Carlos Pesoa, que estuvo con Cavallo cuando echaron a Pou.

Por su parte, Aníbal Fernández, que se recibió de abogado en Lomas de Zamora en 1 año y medio pero tuvo la viveza de jurar seis años después, no opuso ningún reparo.
Cuando salieron los amparos, como está aislada de la realidad, pensó que la Cámara aplicaría la jurisprudencia que dice que los diputados no tienen legitimación para actuar judicialmente en estos casos.
Pero esta vez se produjo un gran consenso contra los dos decretos y Carlos Grecco, el juez amigo, se hizo amigo y ahí se terminaron los sueños de que ocurriera lo mismo que en Comodoro Py con los oyarbides y taianos.
Ahí aprovechó CFK para decir que eso demostraba que la justicia no era oficialista y que el juez Griesa no era como la justicia argentina que era lenta.
Es cierto, Griesa falló embargando y dos días después lo suspendió preventivamente hasta tanto se derogue el Fondo del Bicentenario o permanezca congelado en la justicia argentina.

En conclusión, CFK, déspota ignorante, sí estaba en conocimiento de todo y no cabe la excusa de descargarse en sus colaboradores.

Guillermo Cherashny

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