Llamativo.
Un grupo de (técnicamente) turistas intentan tomar un parque de la ciudad Capital del país reclamando tierras y viviendas.
Interesante también.
Principalmente si pensamos qué podría llegarles a ocurrir a un grupo de argentinos tratando de apropiarse de un espacio público en Bolivia, Perú o Paraguay.
Lo mejor de los bolivianos y paraguayos recién llegados no están en la villas de la ciudad de Buenos Aires.
Están trabajando, viviendo, activando la economía y progresando en el Gran Buenos Aires, en Lomas, Alte. Brown, La Matanza, etc.
Son empresarios y trabajadores calificados.
Los peruanos de esta nueva oleada, en cambio, son la lacra de su país.
¿Habrá excepciones?.
Seguro.
No las conozco.
Vienen en su amplísima mayoría a traficar droga o dedicarse el robo.
Son los dueños de las rutas de ingreso y comercialización luego del desplazamiento de los carteles bolivianos en 2007/08 (con la inestimable ayuda de Milagro Sala, jueces y funcionarios provinciales y Federales, Gendarmería y el Poder político).
Comienzan las reservas veraniegas para lo quese supone será otra temporada récord de turistas en la Ciudad de Buenos Aires.
Pero además hemos sido derrotados culturalmente por el pobrerismo.
El triunfo cultural es total. Nadie (políticos, funcionarios, periodistas, intelectuales, sindicalistas o cualquier líder de opinión que se les ocurra) se pregunta públicamente porqué tenemos que pagarles las viviendas, los planes asistenciales, los hospitales, el colegio, subsidiarles el transporte y regalarles la electricidad a millones de tipos que no tienen nada que ver con nosotros.
Que son producto del fracaso de los modelos económicos de sus países.Ha vencido, además, la subcultura de la emoción fácil, con sus pseudo principios caritativos de compasión, disfrazados de indoamericanismo, integración cultural y otras mariconadas por el estilo.
Un culto del declive, de la degradación. Un tipo de esnobismo intelectual y de cobardía social que propugna por una “discriminación positiva” que es lo más desigual, racista y sexista que puede concebirse.
También son extranjeros los que vienen a llevarse nuestros recursos nacionales, como los de la Barrick Gold, Repsol, los chinos, japoneses y rusos que depredan nuestros mares, por ejemplo.
El progresismo a la argentina y latinoamérica es una mentira.
Una mentira trágica, que termina en tragedia, como todo lo que engrendra.
Aquí sostiene, desde la culpa, el defalco y la entrega.
Este gobierno pro monopolista disimula con una falsa postura humanista, el mayor robo de la historia argentina.
¿Es arriesgado suponer que en siete años han cobrado más de tres mil millones de dólares de coimas y negociados?
El progresismo, es una doctrina de maricones, de blanditos, de imbéciles útiles de la cleptocracia.
Es la impostura de la caridad y la filantropía con la ajena.
Que busca quebrar la voluntad de defensa de la identidad y el derecho a definir entre todos el perfil que queremos para nuestro país, culpabilizándonos de cosas en las que no tenemos nada que ver.
¿O también tenemos que hacernos cargo del desastre del Paraíso Socialista de Evo Morales y del "exitoso" plan de inclusión de Alan García?
Turistas recorren la Ciudad de Buenos Airesy quedan maravillados de las bellezas naturalesde la París sudamericana
La derrota es tan impresionante que no hay, siquiera, un líder político que diga las cosas como son.
Mauricio Macri quiere ser presidente supuestamente para imponer un modelo diferente al actual y sin embargo, cuidando cien votitos que jamás tendrá, se priva de definir en hechos y discursivamente a qué país nos quiere llevar.
El silencio de los demás ni me molesta porque es el único que hoy podría ganarle a estos crápulas.
Qué pretender del pan radicalismo o los retazos del ex Peronismo Federal.
Es que en la desorientación de esos liderazgos se cuela la plaga de este modernismo igualitarista.
Su humanitarismo es un simulacro de ética pública que pretende transformar la “dignidad humana” en dogma ridículo, principalmente si los que nos echan en cara nuestra "brutalidad", son los mismos que silencian las atrocidades de regímenes como el cubano o el iraní o, más cerca y familiar:
La gestión de este gobierno corrupto, organizado en base a ladronzuelos como Ricardo Jaime, dedicados a juntarla para el muerto y la viuda negra, pero que con las migajas que se caían de la mesa se compraban aviones y yates.
Pero tal vez la mayor expresión del fracaso es la presión y represión "moral" sobre quienes tienen (tenemos) la osadía de expresar lo que se piensa y siente.
Es la culpa, la moralina y la metafísica del progresismo.
No siento vergüenza ni culpa, ni remordimiento de exigir y lamentar la ausencia de un liderazgo que interprete lo que supongo es la idea de la amplísima mayoría de este país.
¿Cómo suponen que sería el resultado de un plebiscito en el que se preguntara por sí o por no al cierre de las fronteras y la implementación de una política migratoria seria?
Jóvenes de Soldati festejaban anoche el gol de Tuzzio y la nueva Copa internacional para Independiente
La decadencia de Europa muestra entre otras cosas, que es imposible luchar contra las migraciones económicas.
Lo cual no implica que no sea posible implementar un régimen de apertura y cierre de fronteras y preeminencia cultural de la Identidad Nacional.
Pero fundamentalmente, la estructuración de barreras que frenen, por un lado esa invasión y por otro lado la colonización.
Soy culpable de seguir creyendo en el concepto del Estado Nación.
De la identidad nacional. Del valor del trabajo y el premio al esfuerzo individual y colectivo; de la tradición histórica y del Mito constitutivo de Argentina como país independiente y soberano.
Pero hoy por hoy, somos la puta de América.
Ricardo Jorge Pareja
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