Gracias Papá porque fuiste realmente un héroe para nosotros y más aún porque aunque sabias los riesgos que se corren, no vacilaste en ayudarnos cuando te dijimos que queríamos ser como vos, POLICIA con todo nuestro corazón.
Cuantos hermosos recuerdos invaden mi mente cada vez que comienzo el ritual matutino de preparar mi uniforme para salir a la calle, para cumplir con esa promesa de cuidar la vida y los bienes de los ciudadanos.
Aquella vocación que inspiraste en mi aun desde muy pequeño, cuando te veía llegar y partir vestido de azul, luces arriba del techo del auto… sirena, botones dorados en tu ropa reluciente y una sonrisa casi cómplice cuando a escondidas de mamá entrabas despacio para darle una sorpresa.
Hoy, miro la ropa y aunque ha cambiado bastante la forma de vestir, los colores que me enseñaste a respetar, casi podría decir que a amar, siguen siendo la bandera que me pasaste ese día de junio cuando con lagrimas en los ojos me dijiste: …”al fin, bienvenido”… como olvidar aquel abrazo tan fuerte y esa sensación en tus ojos de que ibas a ocupar todo el lugar en el que estábamos con orgullo y un pecho tan inflado que podrías haber medido mil metros de alto y ancho.
Así como me visto, miro los Borceguíes y recuerdo cuando llegabas tan cansado que me decías: ... “sacame las botas, no doy más de los pies; fue larga la jornada”… tus llegadas con hambre, “hola vieja… vine un segundo, tengo un poco de hambre, sabes… estoy con un compañero, haceme un “sanguchito” para cada uno, tenemos que seguir de largo hoy”… tus sonrisas de niño cuando a pesar de estar cansadísimo después de un adicional, te habías metido en una juguetería y habías llegado a casa con un regalo para tus hijos que te esperaban despiertos a cualquier hora, con tal de ponerse a jugar con tu uniforme y botas, con tu bariton y ese chaleco que nos quedaba como una carpa, pero al final, jugábamos contentísimos.
Ahora, en el momento en que tomo mi arma y voy guardándola en la pistolera te miro a los ojos y te veo enseñarme el porqué de no tenerla cargada, el cuidado dentro de casa y esos ojos tiernos que me escudriñaban y aprobaban en el momento del disparo en el polígono, …“mira hacia adelante, no vaciles, tene cuidado y memoriza cada paso antes de hacer nada, es muy importante porque de vos depende la vida del que está delante tuyo… jamás juegues con ella”… sabes algo?
Cada día antes de entrar a casa memorizo todo lo que me enseñaste y me siento agradecido por haberte tenido en mi vida.
Ahora es el turno de salir a la calle y aunque los escenarios y horarios son variados, siento que sigo pisando la senda que nos marcaste a tus cuatro hijos; no importa el horario, ni el clima, un beso a aquella mujer que eligió seguir la senda que mamá pacientemente y muy armada de valor caminó a tu lado, esperando todos los días que Dios te traiga sano y salvo a casa; camino, pienso y poco a poco despabilo la mente… ahora estoy en apresto; llego a destino, saludo… aunque parezca monotonía o alguna clase de costumbre, miro las noticias y tristemente me entero de que nuestra ciudad está cada vez peor; pero no me importa, miro una planilla y voy a donde dice que tengo que estar… y ahí estas vos, acompañando mi día, recordándome que las personas aunque diferentes son iguales… son humanos y merecen el respeto que nos enseñaste.
Ayer deposite un beso en tu frente y aunque estaba fría sentí cuando me besabas a mi antes de irte a trabajar.
Te fuiste orgulloso a descansar después de treinta y dos años de guardia y con el orgullo consumado en saber que dejabas cuatro hijos vestidos de azul y en la buena senda.
Gracias Papá porque fuiste realmente un héroe para nosotros y más aún porque aunque sabias los riesgos que se corren, no vacilaste en ayudarnos cuando te dijimos que queríamos ser como vos, POLICIA con todo nuestro corazón.
Hoy aunque es un día triste porque un alma insensible se llevo a un amigo y compañero, me visto de azul y salgo a la calle.
No me importa lo que diga la gente, ni si quiera lo que opine nuestro gobierno de mi trabajo.
Estoy contento porque te llevo en el alma y respiro el inconfundible perfume de la cotidianeidad del uniforme que usaste.
Gracias Papá… por hacerme POLICIA.
Con orgullo para el Subof Pr RAUL OSVALDO LEGUIZAMÓN.-
CRISTIAN MATIAS LEGUIZAMON
Agente
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