miércoles, 20 de marzo de 2013


El kirchnerismo se desdobla para enfrentar 

la era Francisco


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En la City no hay paz.

El gobierno recuperó el aliento y hasta cierto optimismo por las dos horas que Francisco le dedicó a la presidente en la primera reunión que le concedió como sumo pontífice. 

Coherente con una de sus frases de los últimos días, “Dios no se cansa de perdonar”, el Papa el dio a la presidente el espacio suficiente como para distender la relación y no hubo ni asomo de revancha por los desplantes que la presidente le hizo desde el 2010 y su no contestación de 14 pedidos de audiencia. 

Pero la grandeza de Francisco puede ser también un presente griego para el cristinismo. 

Es obvio que en el almuerzo en el Vaticano se acordaron las pautas para una coexistencia pacífica. 

Y también parece evidente que, respondiendo a lo que allí se habría conversado, el aparato mediático oficial está girando hacia una postura amable con el Vaticano, que en el caso de Guillermo Moreno alcanza a la euforia. 

Sin embargo, la realidad es más compleja: 

la amistad con la Santa Sede es indigerible para buena parte de las bases electorales del kirchnerismo, que por su origen marxista son más o menos anticatólicas. 

El gobierno estaría preocupado por la posibilidad de que su acercamiento contra natura a la Iglesia termine alejando a parte de sus votantes de izquierda. 

Por eso mantiene en funcionamiento un grupo que hace terrorismo mediático, encabezado por Horacio Verbitsky, Víctor Hugo Morales, Horacio González, etc., que con sus ataques a la Iglesia mantendrían vigente el vínculo del gobierno con los grupos de izquierda. 

Estas sutilezas habrían sido rápidamente interpretadas por el Vaticano, que también puso en marcha sus dobles mensajes. 

El Papa se detuvo especialmente a saludar a Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada, remarcando así que sus relaciones con la oposición argentina seguirán siendo profundas.

El dólar electoral

Pero la atmósfera esperanzada de Roma no se vivió en la city porteña en donde el dólar blue -como venimos anticipando- subió a 8,27 pesos, evidenciando la reacción por la ausencia de una verdadera política económica. 

Hoy existen por lo menos cuatro decisores en el cristinismo que toman medidas espasmódicas como la tácita devaluación al establecer el dólar turismo en $ 6,14. Esto, con el fin de hacer más caro el turismo externo, que es por donde se fugan los dólares. 

Sin embargo, la mayoría de los pasajes para este año y a 5 pesos ya se vendieron, porque había una gran demanda y nadie quería quedarse sin viajar. 

De aquí en más, por la brecha cambiaria, sigue siendo barato viajar y consumir en el exterior. 

Otro problema sería la falta de oferta de dólares por la siembra tardía de maíz y soja, que se liquidaría aproximadamente antes del 15 de abril. 

 Hasta esa fecha la falta de oferta y el aumento de la demanda harían que el blue sea imparable. 

Un ejemplo: por la cosecha se esperaban 55 millones de toneladas a US$ 595 como figuran en el presupuesto 2013. 

La realidad es que serian 45 millones de toneladas a US$ 520 cada una. 

Se esperaba también que ingresaran 30.000 millones de dólares por la soja solamente y 11.000 millones de dólares. 

Finalmente ingresarían sólo 23.000 millones de dólares y menos de 8.000 millones de retenciones. 

Esto es, 3.000 millones menos y la mitad de esa suma por menor cosecha de maíz. 

A esto hay que sumarle el déficit energético, que llegará este año a 5.000 millones dólares, tomando como referencia las importaciones record de buques metaneros en enero y febrero. 

Entonces no hay que descartar que Guillermo Moreno prohíba más importaciones de productos para mantener el superávit comercial. 

Esto, a su vez, implicaría la continuidad de la estanflación, ya que la industria argentina depende de los insumos del exterior. 

De este modo, al dólar blue no le quedaría otro camino que subir y ensanchar la brecha cambiaria que ahora esta en el 65%. 

Y como los exportadores son privados, los productores aguantarían la cosecha todo lo que puedan. 

Las tendencias del tercer trimestre serán determinantes para las primarias (si es que se realizan) y para las elecciones legislativas del 27 de octubre.

Para ese entonces, un dólar blue de entre 10 y 12 pesos puede ponerle punto final al sueño de un tercer mandato presidencial.

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