INVESTIGAR
Viviendas nacionales y populares, el caso Schoklender, los K, y el robo extraordinario
Propongo INVESTIGAR qué es lo que pasa en nuestro país,
¿te animás?
Desde que asumieron los Kirchner en mayo del 2003, el Estado Nacional recaudó confiscando gran parte de la renta agropecuaria -a través de retenciones al campo- por más de U$S 110.000 millones de dólares.
Con esta cifra, podrían construirse 2.014.120 casas de 80 m2 para 8.056.480 personas.
Esto significaría, a su vez, trabajo para 440.000 obreros con sueldos promedio de $ 5.000 por mes.
Las casas no se regalarían, lo que hubiese permitido seguir construyendo.
Un ejemplo: el 20% de las retenciones corresponde a la provincia de Santa Fe – 22.000 millones de dólares según la Fundación Libertad de Rosario).
Esta suma, transformada en casas dignas a razón de u$s 700 el m2 (promedio en los últimos años), daría 393.000 casas, de 80 m2 c/u, de construcción de primera calidad, a $ 252.000 cada/una, que dividido en 360 cuotas da una cuota de $ 700 por mes
Revertir el despilfarro
La realidad es que se hizo lo contrario, despilfarrándose los recursos del Estado, como lo indica a las claras el caso Schoklender, con Hebe y compañía.Pero el mayor ejemplo de este despilfarro son los subsidios al transporte.
Hasta abril del 2010 se gastaban por día en promedio $ 21 millones diarios, según fuentes del Programa de Día D de Jorge Lanata.
Entre los beneficiados está Aerolíneas Argentinas, con $ 10 millones diarios de gastos, así como los ferrocarriles del Gran Buenos Aires y las empresas de transporte urbano e interurbano.
Sacando números, estamos hablando de $ 7.560 millones al año.
Transformada en casas esta cifra, con el mismo cálculo anterior, se construirían 32.926 casas por año.
Como consecuencia directa de las retenciones y el intervencionismo de la ex ONCCA, perdemos de poder exportar más de 14.000 millones de dólares anuales con mayor producción de trigo, maíz, carne vacuna y lácteos.
El Estado podría entonces estar recaudando mucho más con el impuesto a las ganancias, que además es coparticipable por Ley y no a dedo.
Quedaría así en la decisión de cada provincia y municipio en que invertir los recursos de todos.
También se desconcentraría así el enorme poder cuasi mafioso que somete a jueces, legisladores, gobernadores e intendentes.
Recién entonces recuperaríamos el orden democrático, republicano y constitucional.
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